EXABRUPTO #5 / CEDART: ARTE, HUMANISMO, EDUCACIÓN, LIBERTAD

“La violencia es el último recurso del incompetente”.

Isaac Asimov

Aun resonando con relativa fuerza en nuestras mentes, en las deficiencias y carencias de nuestra nación, así como en los rostros desencantados de nuestro pueblo, el eco de las lecciones aportadas por nuestra historia reciente, pareciera que decidimos hacer caso omiso de ellas. Aun siguen sin restañarse las heridas centenarias que dieron origen a la Revolución de 1910, que fueron olímpicamente olvidadas por sus sátrapas, caudillos y caciques, que siguen clamando por solución, y parece que nos encaminamos irracional e inhumanamente hacia una nueva debacle.

Parece que de nada sirvió el corroborar a lo largo del siglo —en cientos de aulas rurales y urbanas— que la única vía a una vida digna de llamarse humana es la de la educación amorosa y apasionada de la juventud, la del humanismo entendido como el cultivo y la exaltación de las cualidades superiores del hombre, la del arte consciente y concientizador; ajeno a los elitismos, a la lógica del dinero y el mercado, que se resiste a ser una herramienta más de control y enajenación.

Parece que todo se nos ha olvidado, que hemos tapiado nuestros oídos y nuestra memoria a la voz de los grandes maestros que en algún momento de nuestra vida nos abrieron los ojos. Dormir, aletargarnos, callar, obviar, delegar; entregarnos al individualismo, al egoísmo, a la diversión vana, a la negligencia y la pereza. Construir una Nación de la Desidia. Ese parece ser ahora nuestro afán como pueblo. Hacer como que no pasa nada mientras la realidad vergonzante que todos hemos construido no nos toque un pelo. Hacer que no pasa nada mientras la violencia asola nuestra Patria.

Y, ¡ay de aquellos que se atrevan a levantar la voz contra este aquelarre demencial! ¡Ay de aquellos que se atrevan a luchar y a oponerse con todas sus fuerzas contra este impulso de miseria y destrucción! ¡Ay de aquellos que se atrevan a pedir paz, justicia y libertad! Muchos, de entre el mismo pueblo —lamentablemente— se mofarán de ellos, los insultarán, los menospreciarán y los tacharán de locos.

Pues, a pesar de todo ello, nosotros nos atrevemos. Nos levantamos —sin duda ni reserva— en nombre del arte, la filosofía, la ciencia, el humanismo, la paz, la libertad y la justicia. ¡Aquí estamos! ¡Aquí están las primeras enseñanzas de los artistas y humanistas del mañana! ¡Aquí están nuestros jóvenes y su arte nuevo y esplendente! ¡Aquí su vitalidad, su energía y capacidad creadora! ¡Aquí sus primeros pasos en un camino que puede conducirlos —y conducirnos— a la construcción de una nación próspera y digna! ¡Aquí los que pueden oponer su alegría y amor a la barbarie!

Los invitamos a contemplar los deliciosos y hermosos frutos de esta cosecha temprana que año tras año CEDART “Ignacio Mariano de las Casas” ofrece a ustedes; a aquilatarlos tanto en su carácter novel como en su promisorio valor. Pensamos que la educación y el arte son la única estrategia sensata para resolver los problemas y contradicciones de nuestra sociedad, y tratamos de inculcar esa convicción y entusiasmo en nuestros jóvenes. Esperamos haberlo logrado. Pero ahora el juicio es de ustedes.

Los invitamos a visitar esta muestra, del 8 de julio al 14 de agosto de 2011, en la Galería Libertad, ubicada en Andador Libertad #56, Centro Histórico, en la ciudad de Querétaro, Qro. De lunes a domingo, de 10:00 a 20:00 hrs.

Teléfono: 214 23 58

Lic. José María Guadalupe Cabrera Hernández

Prof. de Filosofía, Estética y del

Área de Artes Plásticas

CEDART «Ignacio Mariano de las Casas»

Santiago de Querétaro, Qro.

Junio de 2011

Una respuesta to “EXABRUPTO #5 / CEDART: ARTE, HUMANISMO, EDUCACIÓN, LIBERTAD”

  1. Chema da orgullo tener maestros como tú, es motivo de tristeza y coraje que muchos no valoremos lo que se nos esta dando día a día dentro y fuera de las aulas. Pero, anima saber que la educación no se acaba, que uno sigue aprendiendo a lo largo de la vida y la única limitación con la que se podría topar en la actualidad es con uno mismo, y uno siempre se tropieza con maestros que; aunque les falte el titulo de docente, nos enseñan lecciones trascendentales.

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